miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nuestra educadora social nos aconseja un libro

  La pareja, los hijos, compañeros de trabajo, todos nos dan problemas, nos agobian y nos hacen perder los nervios.. 

 Esto es lo que pasa cuando no aceptamos la realidad. Todas las personas que nos rodean pero sobre todo con los que mantenemos vínculos de amor nos reflejan nuestro conflictos interiores. Todo aquello que no tenemos resuelto y que aguarda aprendizaje. 

La dispersión del foco del conflicto en sí, la falta de asumir la responsabilidad propia sobre el mismo nos desvían de una clara solución, de identificar el origen de nuestro malestar y perpetuar la repetición de una situación incomoda durante mucho tiempo. 

  ¡Cuantos años nos podemos pasar discutiendo con nuestro marido de las mismas desconfianzas!. Cuantas broncas con nuestros hijos-as..etc

Digamos que podríamos entender que el conflicto es una oportunidad de darnos cuenta de algo, algo que hasta el momento estaba oculto. Es un proceso por el cuál hacemos consciente un contenido que se mantenía inconsciente , al que el mismo conflicto da la oportunidad de liberar. 


  "La maternidad y el encuentro con la propia sombra."
   Laura Gutman



La definición más clara de conflicto es una situación o comportamiento que nos incomoda, nos producen malestar. Solemos agrandar la situación desviando nuestra atención sobre el dolor que impone tal situación ya que es más fácil no vivir dicho dolor o responsabilizar al vecino del mismo.

El primer paso es vivir a través del dolor lo que nos está mostrando tal situación desagradable, es así como nos va indicar un mensaje sobre que tenemos que resolver. 


   Identificar en la realidad el conflicto nos va a dar pautas para encontrar la solución , ya que la energía del conflicto es una solución obstruida. Puede pasar que la solución se ubique delante nuestro pero a veces las decisiones voluntarias pueden impedir una acción de solución. La falta de autoridad interna, la falta de valentía, entre otras cosas nos hace quedarnos en un espacio cómodo que conocemos aunque esto suponga continuar con nuestro malestar.
En este caso es mejor reconocerlo y aceptarlo ya que todo, todo lo que hacemos en nuestra vida es nuestra elección voluntaria. 


  Podemos decir que los conflictos son necesarios para aprender, avanzar, evolucionar y cuando nos lo presenta una persona que amamos deberíamos empezar por agradecerle el aprendizaje que nos marca aunque la situación nos invite a pasarlo mal, a tener emociones desagradables.
!Cuantas veces nos hemos reído pasado un tiempo de una situación que antes nos sacaba de nuestras casillas....¡




Reflexiones (anotaciones cuaderno Pedagogía Sistemica, Euskadi)
Vanesa Sanz Mazuela
Educadora Social

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